Yo me he asomado a las profundas simas
de la tierra y del cielo, y les he visto el fin, o con los ojos o con el pensamiento.
Mas, ¡ay!, de un corazón llegué al abismo y me incliné un momento
y mi alma y mis ojos se turbaron:
jtan hondo era y tan negro!
viernes, 15 de enero de 2010
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