¿Será verdad que, cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos, de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso?
¿Será verdad que, huésped de las nieblas, de la brisa nocturna al tenue soplo
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?
¿Allí, desnudo de la humana forma, allí, los lazos terrenales rotos, breves horas habita de la idea el mundo silencioso?
¿Y ríe y llora, y aborrece y ama, y guarda un rastro del dolor y el gozo, semejante al que deja cuando cruza el cielo un meteoro?
¡Yo no sé si ese mundo de visiones vive fuera o va dentro de nosotros, lo que sé es que conozco a muchas gentes a quienes no conozco!
martes, 10 de noviembre de 2009
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